El coste de la deuda tecnológica

11 de diciembre de 2019
deuda tecnológica

Dimensionar y traducir a euros el coste de la deuda tecnológica suele ser algo complicado, pero desgraciadamente, en otras ocasiones puede resultar sencillo. ¿Desgraciadamente? Sí, en el caso de hoy, muy desgraciadamente… 🙁

Seguramente aún tenemos en mente los recientes accidentes aéreos del Boeing 737-MAX de Lion Air y Ethiopian Airlines que costaron la vida a 346 personas.

La pérdida de vidas humanas no se puede traducir en costes económicos,  ¡¡faltaría más!!, eso no se paga con dinero. Pero el resto de impacto del accidente sí se puede traducir (con mucha dificultad) a euros / dólares. Y en este caso, según este artículo de la vanguardia asciende a casi 3.000 millones de dólares, al margen de un 54% menos de ventas, caída en bolsa, indemnizaciones a familias y aerolíneas, pérdida de credibilidad e imagen,... El caso es que Boeing sufre las mayores pérdidas de su historia. 

¿Y cómo una organización tan grande y prestigiosa como Boeing se enfrenta ahora a un problema tan grande? Aunque resulte curioso creerlo, el origen de todo se encuentra en la deuda tecnológica. Sí, en la deuda tecnológica, y es que el Boeing 737-MAX no puede volver a volar, amén de los dos accidentes sufridos, porque usa un procesador Intel 286 (ver detalle en este artículo de hipertextual) que ya no es capaz de procesar correctamente toda la información que le transmite durante el vuelo un avión tan moderno (avión de hoy vs microprocesador de hace más de 30 años).

Los aviones comerciales, como otras aeronaves terrestres y espaciales, están controladas por software programado para un hardware concreto, que debe pasar por procesos de certificación largos, complicados, y sobre todo, caros. Es por eso que una vez certificado y funcionando, se “congela” por los tiempos de los tiempos, sin sufrir apenas modificaciones hasta la siguiente gran actualización.

En el fondo, esa manera de operar no solo ocurre en el sector aeronáutico, también ocurre en otros muchos tipos de organizaciones y sectores. ¿Qué me decís por ejemplo de los cores bancarios? ¿Y los muchos sistemas legacy soportando servicios / procesos críticos para el negocio? Como son críticos no se tocan, pero al ser críticos, si algún día pasa algo, pasa algo muy gordo… Las cifras de Boeing realmente son enormes, y es muy posible que en nuestras organizaciones no lleguen nunca a ser así (aunque también es verdad que nuestras organizaciones seguramente tampoco tengan el tamaño de Boeing). Pero dimensionar (o aproximar) el coste e impacto de un “accidente” en nuestros servicios críticos seguro que es posible hacerlo, y la cifra, de nuevo desgraciadamente, también nos sorprenderá 🙁

Meterle mano a la deuda tecnológica es algo complicado, riesgoso, y muy caro. Pero no meterle mano puede salir mucho más caro, y al final, tarde o temprano, alguien tendrá que ponerse manos a la obra. Así que hay dos opciones, o nos ponemos manos a la obra “tranquilamente” antes de que pase la tragedia, o nos ponemos manos a la obra con urgencia una vez que el daño está hecho. Y si ponerse manos a la obra es algo inevitable, ¿en cuál de los dos escenarios anteriores prefieres hacerlo, en el tranquilo, o en el tragedioso?

Por favor, no dejéis de darle una vuelta al tema, de verdad que no es baladí en absoluto.

 

Espero que lo hayáis disfrutado, un saludo

Jandro Castro director técnico de Proactivanet

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