Motivos para tener una CMBD
¿Pretendes implantar procesos ITIL y te estás preguntando para qué sirve una CMDB? Antes de plantearnos implantar una CMDB deberíamos reflexionar sobre sus ventajas y el valor que realmente nos aporta. En este artículo te explicamos cuál es su verdadera transcendencia.
ITIL propone un buen número de procesos para estructurar las distintas actividades que sustentan la prestación y gestión de servicios de TI de calidad. Uno de los procesos, Gestión de la Configuración y Activos del Servicio (SACM), incluye explícitamente el concepto de CMDB, tan de moda hoy en día.
Pero, antes de entrar en materia, debemos definir qué es una CMDB, algo que va más alla de un simple inventario de tecnología. Se trata de un repositorio de información a partir del cual se modela toda la prestación y gestión de servicios de TI, en el que se guarda tanto información tecnológica como de negocio. Por ejemplo incorpora cuáles son los servidores que utilizamos, qué servicios sustentan dichos servidores y cuáles son las relaciones con otros elementos clave, como los procedimientos de trabajo o acuerdos de nivel de servicio.
Una CMDB, como cualquier otro repositorio de información, sólo aporta valor cuando se consulta, en cambio, el coste de tener y mantener nuestra CMDB estará presente desde el primer momento. Por lo tanto, el primer consejo que podemos dar es que la CMDB y el proceso de Gestión de la Configuración y Activos del Servicio no deben ser el primer proceso a implantar, precisamente porque la CMDB aporta valor cuando se consulta desde las actividades propias de otros procesos:
- Desde Gestión de Incidencias, para trazar los elementos relacionados con los que muestra el síntoma de un fallo, pudiendo averiguar dónde se encuentra para proponer una solución alternativa.
- Desde Gestión de Problemas, para analizar con detalle los elementos relacionados con los activos que muestran fallos recurrentes e identificar aquellos activos que verdaderamente son la causa raíz.
- Desde Gestión de Cambios, para analizar el impacto de las modificaciones en la infraestructura utilizada para prestar servicios.
Sin embargo, si implanto los procesos de manera progresiva y el primero es Gestión de la Configuración y Activos del Servicio, no obtendré ningún beneficio porque no tendré ningún proceso desde el que se consuma la información, pero ya estaré soportando el coste de implantación y mantenimiento de la CMDB desde el primer momento. Por este motivo, es mejor empezar por otro proceso y dejar la CMDB para más adelante.
Casi da igual qué proceso implantemos antes que Gestión de la Configuración y Activos del Servicio, porque todos los procesos se aprovechan de la CMDB. Así que implantemos primero uno o dos procesos (por ejemplo Gestión de Incidencias y Gestión de Peticiones) y después Gestión de la Configuración y Activos del Servicio con su CMDB.
Eso sí, cuando implantemos nuestra CMDB debemos estar listos para implantar a la par Gestión de Cambios, pero eso lo trataremos en otro artículo.
José Luis Fernández Piñero